Bajo de las Montañas
porque así lo quiso el tiempo,
este Abril y sus lluvias
este Agua del Cielo
que me impide
mi trabajo en la Tierra:
llevar Agua corriente
entubada y potable
a tanta buena gente
que vive en el Sobrarbe
Quise bajarte Amada,
la imponente visión
de las cumbres nevadas.
El Aire puro, limpio
Del Águila... sus alas
para volar los dos
muy alto, superando
las miserias humanas
Y el Agua cristalina
y el rumor de sus fuentes
y los campos en flor
y las nubes preñadas
de este Agua de Abril
que hoy me lleva a tu lado
Quise bajarte, Marta,
algún que otro pinar
y amapolas y juncos
para llenar tu altar
y una roca gigante
que parece un cetáceo...
¡Quise bajarte tanto!
¡Tanto quise bajar...!
...Sólo bajo este canto
y flores amarillas
No te importa, ¿verdad?
Este poema habla del reencuentro de dos enamorados.
Las relaciones de Amor son una aventura. La misma Vida nos va poniendo pruebas y obstáculos a superar.
Hay profesiones que obligan a uno o a los dos miembros de una pareja a separarse temporalmente del ser amado. A mí me ha ocurrido varias veces, y lo que he experimentado es que no hay distancia para el Amor.
Cuando dos seres humanos se aman sinceramente, se crea una energía entre ellos a la que no afecta la distancia.
Todo en la Vida tiene sus ventajas e inconvenientes. También las separaciones temporales por motivos profesionales. Para mí lo mejor de esas separaciones de mi amada es el viaje de regreso hacia el reencuentro, y el reencuentro en sí. Son experiencias inolvidables.
Os dejo con una canción de Carlos Vives y Marc Anthony que canta a esos reencuentros. Espero que la disfrutéis, amigos lectores.
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